martes, 29 de noviembre de 2011

Jorgito del arrabal

En pleno aniversario de la muerte de George Harrison pensé dedicarle un post a Ringo Star.
De jodido nomás. Para irritar a los campeones del homenaje fácil que hoy no pararon de loar al beatle más oscuro, en la mayoría de los casos sin haberlo escuchado nunca.

El Comité de Reivindicaciones de Volumen III cree que lo malo no es que el tipo sea recordado con tanta vehemencia sino que para ello se apele siempre a las mismas dos o tres canciones y anécdotas, cuando se trata de un personaje tan rico.
A George siempre lo persiguió la marginalidad.

La dupla dominante de los Beatles le cajoneaba las canciones ¡pero dejaba cantar al baterista!.. Y en el amor, como ya se dijo aquí, también fue barrido para el costado cuando su chica Patty Boyd prefirió los brazos de Eric Clapton. Una mojada de oreja tras otra.

Este espacio recuerda a Harrison como el trágico personaje que era: un enorme compositor relegado a planos secundarios por la comandancia de su banda; un amante fiel desplazado por su mejor amigo; y, encima, el único fulero del cuarteto.

No ligaba el pobre George, que no era el Beatle más oscuro por razones poéticas sino porque no lo respetaban ni los iluminadores.

A Harrison, el periférico, a diez años de su partida.



lunes, 28 de noviembre de 2011

Lunes, recuerdo y derrota

En 1987 yo tenía 11 años de edad y mucha curiosidad por lo que pasaba en los medios de comunicación. Hijo de una familia poco aficionada a la música, el despunte del vicio fue una pendiente enjabonada y cuesta arriba para mí, aunque no me desalenté ni mucho menos. En casa sólo había un tocadiscos Ranser con tres décadas de vida y una pila de discos viejos entre los que había muy poco material rescatable para un pequeño sujeto que se adentraba en la tormentosa adolescencia con mucho hambre de música. Había que encontrar alternativas.  

Comencé visitando a los amigos del barrio pero raramente tenían buenos discos o cassettes. Para colmo no faltaban oportunidades en las que uno se topaba con la niñez tardía de alguno y se terminaba comiendo una tarde entera de musicuentos u otras atrocidades.

Entonces me hice habitué de Kiku, la única disquería del barrio, propiedad de un ex tintorero de origen japonés. Pero Kiku elegía discos con el mismo carisma con el que sacaba manchas de los pantalones y no tardé en regresar a las pobres fuentes de mi hogar.

La única vía que me quedaba disponible era la vieja radio AM que había en la cocina, una antiguedad que sintonizaba tres o cuatro estaciones, entre ellas Radio Buenos Aires.

Allí, de lunes a viernes a la siesta, un tal Daniel Dátola tenía un programa llamado La Catedral del Ritmo en el que se podía escuchar una notable cantidad de despropósitos y cada tanto alguna tonadita de moda. Como esta que comparto hoy, en este caluroso lunes de derrota con alta probabilidad de chaparrones.

Relajaos y gozad.

jueves, 24 de noviembre de 2011

El pebete de la semana

Veinte años se cumplen hoy de tu muerte física, querido Freddy.
Enorme hijo de una gran puta, hoy y siempre el mundo entero te extraña.
Desde el infinito no parás de enseñar tu arte a cada minuto y algunos hasta aprenden algo de vez en cuando. Espero que Gardel y Bon Scott te inviten una cerveza para festejar un nuevo aniversario de tu llegada y que aprovechen para sacarle el cuero a Palito Ortega.
Si pinta Sandro, háganse los boludos y no lo dejen pasar.

Y si ven a uno mirando desde el otro lado de la reja no se preocupen, debe ser Cerati que todavía no tiene el pasaporte firmado.


¿Estará la negra Sosa preparando unas empanadas tucumanas para tu cumple celestial?
¿Estará Pappo amasando unos buenos ñoquis con tuco? ¿Irá Rivero con la viola para hacer unos tanguitos? ¿Brian Jones estará afinando el citar para acompañar alguna tonada?
¿Lennon y Harrison le harán alguna broma pesada? ¿Bonzo le caerá con los tachos para hacer ruido?

Qué envidia después de todo...



miércoles, 16 de noviembre de 2011

Una piedra fundamental

Estos muchachos ingleses venían de pegarse algunos palos de frente contra el muro de la fama, que del lado de adentro está finamente untado con crema de diamantes pero en el exterior es revoque grueso de alambre de púas y lija con piedra pómez. Algo así ponele. Entonces se juntaron en un copetín de Londres, pidieron salchichas cortadas en cachitos de 1,5 cm como máximo, mostaza, una birra con manises y tomando papel y lápiz lanzáronse a la construcción de un nuevo proyecto que revolucionaría el arte de la música. Al menos a esa conclusión arribaron tras el segundo cajón de Palermo.

De aquella reunión crucial para la historia de la cultura de masas surgió la agrupación Procol Harum que estuvo bien lejos de revolucionar nada pero que consiguió no obstante el respeto de muchos de sus colegas. Hoy son considerados una piedra fundamental del rock progresivo que se abriría paso en la década del 70, diez años después de la fundación de la banda. La canción se llama "A whiter shade of pale" y tuvo la desgracia de haber sido traducido por los cráneos de las compañías discográficas de habla hispana como "Un tono más blanco que pálido" o el aún peor "Con su blanca palidez".

Sabias palabras las del poeta que al pasar por la casa de Bartolomé Mitre, traductor del Dante, rezó:
 
"En esta casa parduzca
vivió el traductor del Dante.
Pasa pronto, caminante,
no sea que te traduzca."

En fin, gracias a Alá, esos toscos burócratas no tienen poder para traducir las melodías. La de este tema es una de las mayores joyas de la pragmática musical.

jueves, 10 de noviembre de 2011

Jueves de declaración

Ella era una Bay Biscuit.
Es decir, no era una galletita (aunque siempre se la vio muy apetitosa) sino que integraba una agrupación femenina de los 80 con nombre de galletita; aquél grupo de chicas que, entre otras cosas, puso el coro en el tema Superlógico, de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota.
Una percanta mal de casa bien, prima de Patricia Bullrich y otros oscuros personajes de la burguesía local, cosa que no le quita mérito sino todo lo contrario.
Él era un moncho rosarigasino de pura cepa, flaco y desgarbado, miope y todo talentoso.
Se conocieron, se enamoraron y se reventaron hasta que se dejaron.
Hoy son amigos y eso no dice mucho. Pero en los momentos inmediatamente posteriores a la ruptura supieron parir esta bella melodía que suena un poco patética, como todo balance póstumo.

Se llama Fue amor.


Crazy Papusa

Los niños de mi generación la recordamos proponiendo locuras en su programa de televisión.
Los de hoy pueden verla haciendo música, extraña música, interesantísima música.
Cumpliendo con la tarea que fuere, ella es todo un encanto. Un encanto algo perturbador, por cierto, pero definitivamente un encanto original y desfachatado.
Es Juana Molina y la canción se llama Sálvese quien pueda.

Comparto. Difundo. Y saludo.




Y un bonus de lujo, lujo, lujo:

Manos que hablan

No avivo a nadie si digo que don Edmundo Leonel Rivero fue uno de los mayores referentes de la canción porteña (para mí el tercero detrás de Gardel y Charlo). 
En cambio confío en despertar un grandísimo asombro con la difusión de este clip en el que comparte escena con la siempre entrañable Coca Sarli en la película La diosa impura. 
El tango se llama Sin palabras, es de Enrique Santos Discépolo y Mariano Mores, y el conjunto de guitarras que acompaña a Rivero es el del gran maestro Roberto Grela.

Ojalá les guste.

El quía de la semana

Tom Waits canta Te quiero a vos. Punto.

Ukelele Fénix

Una más del querido Eduardo Vedder y su inseparable compañera, la violita esa.
Fue grabada en Hawai en 2006 y se llama You're true.
Al final porta un feliz cumpleaños que no tiene mucho que ver con la canción pero está ahí, en fin.
De bonus una en español que en realidad tampoco tiene mucho que ver pero me pintó escucharla y compartirla en este jueves de frondoso fluir inconciente.

Buen día estimados amigos.