Parece que a fuerza de repetición los medios de comunicación pueden hacer caer las más sólidas convicciones personales. Así me siento yo por estas horas, en el marco de semejante insistencia mediática con el tan rico y famoso como polémico visitante, don Roger de las Mercedes Waters.
No es que este foro se proponga discutir las virtudes musicales del inglés en cuestión; más bien se propone patalear por la histeria generada por un muchacho que, sin ofender, en el terreno del carisma pierde por goleada contra un ladrillo.
Como el salmón, Volumen III, arremete contra la corriente y mete la mano en la lata del olvido para rescatar a otro Waters, uno ya fenecido pero aún así mucho más visceral y desfachatado que el canoso bajista de Pink Floyd. Se trata de un hombre de honesto apetito general, sin pelos en la lengua ni efectos en la guitarra, tal como lo demuestran estas insignes tonadas que siguen a continuación.
Señores, es Muddy Waters. Bebed todos de él.
Goy my mojo workin' me voló el peluquín.
ResponderEliminarVuela, vuela, no te hace falta equipaje...
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