lunes, 12 de diciembre de 2011

Quiénes somos después de todo

La palabra "quien" admite definiciones múltiples que, sin embargo, no alcanzan a desentramar el misterio que la rodea.
Puede ser un pronombre relativo, un pronombre interrogativo o un pronombre indefinido según el contexto de la oración, cosa que también puede complicar dramáticamente la interpretación del sentido.
En particular, bautizar a una banda de rock con el nombre Los Quién propulsa la dificultad intrínseca de la palabra a un nivel difícil de sobrellevar para cualquiera. Pero en este caso es excitante, porque cabe destacar que la complejidad del nombre tiene su correlato en la del producto, cosa que no sucede habitualmente en el universo de la cultura de masas.
Toda esta sarasa para presentar dos impecables obras de esta insigne nave inglesa que brillara entre mediados de los años 60 y 70, hasta la muerte de uno de sus mayores cuadros, el baterista Keith Moon.
El primer video da cuenta de una presentación en la TV, donde el grupo bromea con una suerte de Petinatto yanqui para ejecutar luego el superhit My generation, que si bien es play back, es un brillante ejemplo de cómo una banda debe poner el lomo en un estudio de televisión, mirar una cámara, elegir vestuario y reflexionar seriamente sobre el uso de pirotecnia. El segundo es Behind blue eyes, una de las mejores canciones del grupo, según la humilde consideración de Volumen III y su presidente, el violinista del Titanic.



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