jueves, 5 de enero de 2012

Papusa de Ebano

¡Mirá que en los años sesenta para ser yanqui y comunista había que tener flor de cojones, man, eh! 
Ella además era mujer y... ¡¡¡negra!!! ¿Algo más rockero en una sociedad donde el deporte nacional era colgar a un negro, cuando no se optaba por el incendio público o la violación reiterada? 
Pleno auge del segregacionismo racial, un despelote. Pero también pleno auge de los movimientos civiles que reivindicaban los derechos de las minorías negras, de los que ella era una de las figuras más vigorosas.
"¡Qué valor, Angelita!", pensaban los pibes de la barriada cuando la papusa era noticia. 
Y lo era muy seguido porque luchaba como una pantera, cosa que por buchonaje del FBI le costó la expulsión de la Universidad de California, donde enseñaba filosofía, y hasta una causa judicial en un caso de secuestro y homicidio que la mandó en cana. 
Inquieta y mal llevada, la morocha se fugó de la cárcel y estuvo prófuga hasta que la agarraron meses después en un hotel rutero de por ahí. La enjuiciaron pero la mentira, siempre petiza, no fue muy lejos: Angela quedó libre y siguió peleando como a ella le gustaba. 
Nunca se dejó intimidar. Nunca se permitió retroceder. Siempre fue por más. Ningún poder la apichonó. Ovarios y tetas al frente. Comunista, mujer y negra ¿algo más? Sí: lesbiana. ¡Le gustaban las papusas!
Un personaje inconmensurable, de esos que no pasan el filtro de las corporaciones mediáticas norteamericanas, que prefieren vendernos a Britney Spears. Sin ofender. 

Obviamente, Angelita inspiró a muchos. Vayan estos cuatro por ahora. 




                                        

2 comentarios: