viernes, 30 de diciembre de 2011

Superpapusa

Ana Laura nació, dicen, en San Telmo, en 1904 y en el seno de una familia pobre que, a sus cuatro años de vida, debió afrontar la partida del padre de la casa, víctima de la tuberculosis. 
La vieja, que tenía que laburar para parar la olla, la dejó al poco tiempo en una una guardería porque no podía mantenerla. 
Después se mudó con un tío que desde papusita la hizo trabajar como sirvienta en una estancia "sin ofrecer ni un sólo gesto de ternura", según sus propias y melancólicas palabras. 
Una vez crecidita, llegó al mundo del espectáculo, espacio donde se consagró y escribió su nombre con fuego para que nadie ose jamás olvidarla. 
La fama no la alejó del sufrimiento. En pleno estrellato cayó muerta de amor por otro famoso de su tiempo; un moncho que estaba en otra y, pese a que la amaba mucho, nunca dejó a su mujer para corresponderla plenamente.
Filmó más de treinta películas, algunas de ellas cumpliendo con actuaciones soberbias, como en Los isleros; estrenó otras tantas obras teatrales; brilló en radio y televisión y grabó un enorme catálogo de canciones que son prueba de un estilo canyengue y arrabalero extraordinario. 
Murió en la navidad de 2002, en un país que, ahogado por las cenizas del peor incendio de su historia, ni siquiera se enteró de que ella iba de a poco dejando la vida en la sala de una clínica. 
Nunca jamás ninguna le hizo sombra. 
Excepto la vida.
No habrá ninguna igual, no habrá ninguna.




jueves, 29 de diciembre de 2011

Estupenda fealdad

Siempre listo para despacharse con un libro gordo, el semiólogo italiano Umberto Eco, publicó en 2007 su Historia de la fealdad, que viene a ser una continuación de un texto anterior llamado Historia de la belleza. 
El argumento del tano era sencillo pero lógico: una belleza es definida siempre por una fealdad. Son caras de una misma moneda y no existe la una sin la otra. 
En tal sentido, en el libro en cuestión, el autor rescata un valor de la fealdad no muy tenido en cuenta cuando dice por ejemplo que "Las sombras contribuyen a que las luces resplandezcan mejor". Esta frase, además de ser una buena razón para salir corriendo al Parque Rivadavia, es todo un consuelo para la populosa comunidad internacional de feos, que este cronista integra con angustiosa resignación. 
Ilustra este breve comentario una canción argentina interpretada por alguien que no ha sido consagrado como el más grande de todos debido a su ostensible fealdad, rasgo imperdonable para la industria cultural. 
Seguramente, siguiendo a Eco, nuestro personaje de hoy es la contracara de una moneda que en su lado resplandeciente tiene impresos el talento, la percha, y la sonrisa del morocho del Abasto. Y contra algunas verdades es vano todo sudor. 


miércoles, 28 de diciembre de 2011

Balada de los inocentes

Nunca ha sido fácil la relación entre los medios de comunicación y los artistas.
Normalmente ocurre que los primeros se creen con la autoridad para formular juicios de toda estirpe sobre los segundos y éstos, por su parte, tienden a sumirse en la paranoia absoluta respecto de la acción de los primeros.
Estos contrapuntos se cuentan por millones en todas las ramas del arte. 
Por poner un caso vinculado al rock, en su momento fue muy divertido el enfrentamiento entre la  honorable banda Divididos y un periodista del palo, cuyo nombre no consigo recordar. En el tema Paraguay, los muchachos de Hurlingham cantaban: "Siento las biromes sobre mí del periodista que se muere por tocar". Tras la estocada del trío del oeste, la respuesta del hombre de prensa no tardó en llegar en forma de parafraseo: "...de rockero que se muere por escribir... Bien". A ácido, ácido y medio pareció ser la consigna. 
Para analizar esta constante medición comparativa de porongas, lo interesante, amigos míos, es el rol que desempeñan los fantasmas, porque un sencillo ejercicio de reflexión haría notar rápidamente a los miembros de los supuestos dos bandos que son parte más bien de un mismo colectivo. En relación con las empresas periodísticas por un lado y con las empresas discográficas por el otro, éstos y aquellos son en el fondo la misma cosa: trabajadores. 
Lo cierto es que el periodista tiene todos los días para descargar su artillería mientras que el músico sólo puede hacerlo en el mejor de los casos una vez al año, cuando graba un disco. 
Considerando que la asimetría en el reparto de palos en cierto modo favorece a la prensa, Volumen III toma partido por los músicos y comparte estas sencillas pero efectivas tonadas sobre periodistas y medios de comunicación, aunque no sean la misma cosa. 



                                        



jueves, 22 de diciembre de 2011

Hoochie Coochie Buenos Aires

Apiádese la divinidad de turno de las pobres almas que no escucharon todavía a la mítica agrupación Manal, una de las columnas sagradas del rock criollo.
Formada a fines de los 60 por el baterista, compositor y cantante Javier Martínez, el distinguido bajista Alejandro Medina y el irrepetible violero Claudio Gabis, Manal integra el tridente iniciático del rock nacional que completan Los Gatos y Almendra.  
Manal es el nacimiento del blues en castellano: inventó un sonido de fuerte identidad porteña y al mismo tiempo definió un estilo poético que se adaptó exactamente a las más finas exquisiteses de un género hecho para ser interpretado en inglés. 
En tal sentido, la destreza de Javier Martínez para dominar el idioma lo acabó por convertir en un referente incuestionable para muchos, especialmente, según estimo, para el Indio Solari, otro de los grandes 
maestros de la palabra.
Una de las perlas de la lírica de Manal es su fidelísima percepción los hechos de la vida cotidiana. En ese orden, me permito compartir tres piezas que resumen las virtudes señaladas en los párrafos precedentes. Son dos situaciones de enamoramiento platónico callejero que ustedes sabrán reconocer como propias y un diálogo implícito a manera de lista de consejos, para que la frustración no sea tan desesperante.
Déjense tocar por la voz demoledora de Javier y por los precisos redobles de sus tachos; regálense el placer de sentir el fraseo ingobernable de Claudio; entréguense a los sumbidos descomunales de Alejandro.
Y, si no les gusta, bueno... Después vemos. 


 


miércoles, 21 de diciembre de 2011

Cosa de papusas

Tan precoz fue la carrera de Lhasa de Sela como prematura su partida de este mundo. 
A los 13 años ya andaba subiendo a los escenarios con su vocecita y sólo unos pocos después 
grabó su primer disco, La llorona.
Dentro de un puñado de horas, su ausencia cumplirá dos años. 
Rápido de reflejos, Volumen III se anticipa a los recordadores de finados y se complace en presentar a dos papusas que la recuerdan con una ejecución extraordinaria de su tema El pájaro

Gozad. 




lunes, 19 de diciembre de 2011

De piedras, simientes y vidas

Jade es el nombre de una piedra preciosa de las tantas que brillan en las vidrieras de las joyerías. 
Más allá de su utilidad mercantil, se trata de un mineral que encarna significados muy ricos para culturas de lo más diversas; sentidos que curiosamente son más próximos entre sí de lo que podría imaginarse.
Los chinos de la antiguedad -y quizás también los del supermercado- pensaban que el jade era esperma seco de dragón y lo creían dotado de propiedades sobrenaturales, motivo por el cual lo usaban como amuleto para la buena suerte e incluso como insumo para la fabricación de armas. 
Muchos kilómetros más acá, en la América precolombina, los aztecas y los mayas coincidían con los chinos en el culto del jade, al que atribuían las virtudes de la creación, la vida, la fertilidad y el poder. Se puede decir que tan lejos del esperma de dragón no estaban los pibes.
Por causa de los vaivenes de la naturaleza, el aspecto del jade es verde, color que algunos occidentales relacionamos con la esperanza, la calma y la paz interior. 
Al margen de la proximidad que denotan estas concepciones, existe una diferencia que separa a los occidentales de los chinos, los aztecas y los mayas y es que estos últimos se negaban a oír los discos de Luis Alberto Spinetta. Aunque es preciso reconocer que muchos occidentales también y así estamos.
A propósito, la quinta banda del flaco se llamó Spinetta Jade y, razonablemente, sus canciones versaban entre otras cosas sobre la vida, la esperanza y el sexo, piedra fundamental si las hay. 
Oigan estas bellas sinfonías eléctricas y siéntanse libres de meditar concentrados en el verde de esa piedra preciosa o de la otra piedra verde que no será tan brillante pero que también tiene propiedades exquisitas.



El peine que te da la vida

Sugieren los cándidos que no hay edad para el amor. No es cierto. 
A contramano de la sólida personalidad que uno pueda llegar a forjar a fuerza de complejas lecturas, de composiciones, de estudio, de versificación, el cuerpo insiste en avanzar sin renuncios por la autopista de la decadencia, al cabo de la cual se hallará convertido en una indeseable masa de arrugas, cansancio y mal humor. 
Los hombres, formados socialmente como máquinas de conquista, vivimos con particular angustia esta verdad tan espantosa. Pero de ningún modo presentamos la renuncia. Insistimos, como si no existiera la debacle. Reincidimos, como si no fuera cierta la tragedia. 
Volumen III propone dos canciones para reflexionar sobre ese estúpido empecinamiento humano en ser lo que tal vez nunca se ha sido. Y en pos de ese propósito sagrado se permite juntar a Carlitos Gardel con Los Piojos. 

Buenas noches, queridos amigos.




sábado, 17 de diciembre de 2011

El riff de la semana

El rock es el camino, estimados lecto-oyentes de este espacio. 
Y el rock, aunque muchas veces lo ignoremos, es mucho más que un tónico polifónico, mucho más que un grito bien dado, mucho más que una guitarra distorsionada estallando contra el suelo. 
El rock es también una estética. 
Conciente de esa barbaridad, el Violinista del Titanic rompió el cerdito y puso todos sus ahorros al servicio del placer de vuestros ojos, como podrán apreciar. 
Para celebrar la inversión se hizo traer desde el propio infierno la voluntad del gran Norberto Napolitano, que ha tenido el tino de venir con un ejemplar de su gran obra maestra, el disco Pappo's Blues Volumen III, inspirador absoluto de este foro ya no tan humilde. 
La canción, amigos, es Sucio y desprolijo.
¡Romped la puerta a cabezazos!

martes, 13 de diciembre de 2011

Compendio de metáforas venéreas

"¿Cómo poder abordar eso que a veces es amor?", se pregunta el siempre atribulado Luis Alberto Spinetta en Sexo, una vieja canción de su autoría.
Si es correcta la mirada del psicoanálisis cuando afirma que el sexo es la forma que tiene el sujeto para aproximarse a su fantasma y obtener una satisfacción, la sensibilidad del Flaco para captar el caos de la vida da una vez más un certero martillazo en el clavo: no hay saber sobre el sexo sino, como mucho, una aproximación imaginaria al objeto de deseo.
Y ahí te quiero ver.
Al pobre humano sólo le quedan las preguntas, los acercamientos al voleo, el azar, la completa inseguridad, cosas que en el mejor de los casos tendrá oportunidad de volcar en un cuadro, en un escenario, en un libro o en un disco.
Esta mañana les ofrezco dos aproximaciones musicales a la cuestión del sexo; una pareja de metáforas que no por populares y masivas son menos fieles a los postulados de Freud y Lacan.
La primera corresponde al ilustre bluesman Howlin' Wolf y en un tramo de su letra dice: "Soy el tipo de la puerta de atrás / los hombres no, pero las nenitas saben a qué me refiero".
La segunda tiene raíces bluseras pero es argentina, de modo que será sencillo reconocer la situación que plantea.

Pegajoso martes para todos.
 


lunes, 12 de diciembre de 2011

Quiénes somos después de todo

La palabra "quien" admite definiciones múltiples que, sin embargo, no alcanzan a desentramar el misterio que la rodea.
Puede ser un pronombre relativo, un pronombre interrogativo o un pronombre indefinido según el contexto de la oración, cosa que también puede complicar dramáticamente la interpretación del sentido.
En particular, bautizar a una banda de rock con el nombre Los Quién propulsa la dificultad intrínseca de la palabra a un nivel difícil de sobrellevar para cualquiera. Pero en este caso es excitante, porque cabe destacar que la complejidad del nombre tiene su correlato en la del producto, cosa que no sucede habitualmente en el universo de la cultura de masas.
Toda esta sarasa para presentar dos impecables obras de esta insigne nave inglesa que brillara entre mediados de los años 60 y 70, hasta la muerte de uno de sus mayores cuadros, el baterista Keith Moon.
El primer video da cuenta de una presentación en la TV, donde el grupo bromea con una suerte de Petinatto yanqui para ejecutar luego el superhit My generation, que si bien es play back, es un brillante ejemplo de cómo una banda debe poner el lomo en un estudio de televisión, mirar una cámara, elegir vestuario y reflexionar seriamente sobre el uso de pirotecnia. El segundo es Behind blue eyes, una de las mejores canciones del grupo, según la humilde consideración de Volumen III y su presidente, el violinista del Titanic.



jueves, 8 de diciembre de 2011

La violación de la semana

Sepa la audiendia de Volumen III que el estatuto de la casa prohíbe expresamente la militancia religiosa y que, debido a ello, será vano aguardar la más mínima veneración musical a la Virgen María en el día de su presunta inmaculada concepción.
En cambio nada dice la normativa sobre recordar fechas de defunción, un recurso que este medio explota de manera inescrupulosa pero inevitable dado el apego a la mortandad de la mayoría de los grandes músicos.
Es menester entonces conmemorar a uno de los más grandes personajes de la siempre polémica industria cultural, finado él desde luego.
Las canciones elegidas a tal fin curiosamente violan de alguna manera la recalcitrante irreligiosidad de este espacio, puesto que son, cada una a su manera, algo así como una veneración a la purísima santa que todos los hombres vemos en nuestras madres.
El fiambre del día es el grandísimo y profundamente extrañado John Lennon, a 31 años de su despedida a corchazo limpio, y los temas son Julia, grabada con los Beatles, y Mother, de su etapa solista.

Viva la Virgen de Liverpool.



miércoles, 7 de diciembre de 2011

Efemérides rockera

Jesse James fue un célebre bandolero del far west norteamericano.

Un día como hoy, hace 146 años, perpetraba junto a sus cuates uno de sus más renombrados atracos a un banco, dando lugar a un episodio de esos que a mi padre le complace ver en la siesta de los sábados, patas para arriba, en su somier nuevo.
 
Todo esto es una excusa para poner un tema de Ron Wood, inefable segunda viola de los Rolling Stones, personaje simpático, drogadicto entusiasta, borracho entrañable y pintor nunca bien ponderado.
 
¿Qué tiene que ver Ronnie con aquél buen ladrón a caballo? No mucho, pero se ve que lo admiraba porque bautizó a uno de sus hijos con su nombre.
 
Wood es el Stone más prolífico como solista. Esta canción de su álbum I've got my own album to do, en la que participa Mick Jagger, se llama I can feel the fire, acorde con estos días de tanta papusa en paños livianos.

lunes, 5 de diciembre de 2011

El padre de todos los Covers

En materia de repeticiones estos muchachos rompieron el molde, digamos.

Mi modesto pero incuestionable criterio apuesta el sueldo a que este es el mejor cover de todos los tiempos.

Cuenta la leyenda que salió por casualidad, cuando la banda se proponía componer un blues al estilo Dazed and confused o You shook me de Led Zeppelin y al cantante se le ocurrió entonar sobre la base una célebre letra del folklore nacional.

Fue en 1993, un año en el que ya había suficientes pruebas para sostener que este país se metía de cabeza en la Era de la Boludez.

El disco fue producido por Gustavo Santaolalla, la superbanda que ejecuta es Divididos con su mejor formación (Arnedo-Mollo-Gil Solá) y el original no necesita presentación.

Gozadlo.
 

 

sábado, 3 de diciembre de 2011

Papusa a prueba de palos

En la fresca primavera de sus 19 años, esta cachorra fue sorprendida por un automóvil que la levantó por los aires cuando venía de jugar a los fichines o algo. Instantes después y Ley de Gravedad mediante, debió caer de cabeza en el asfalto con las complicaciones que ello implica.
Toda pachucha, en la cama de un hospital, sin poder caminar y apenas hablando alguna palabra que otra, la pobre se adentró previsiblemente en los pantanosos confines de la depresión. Pero su ángel de la guarda no tardó en aparecer para ponerla al tanto del futuro que le esperaba.
Este personaje no era otro que el médico que la atendía, quien le recomendó concentrarse en el canto y la guitarra como vía para paliar el sufrimiento del alma, que a esa altura le punzaba más que la propia sabiola.
Nuestra papusa le hizo caso, se puso a componer, al poco tiempo grabó, alguien la escuchó y hoy goza de un notable presente artístico para alegría de los corazones dulces.

Su nombre es Melody Gardot y la canción que comparto se llama Cry Wolf, algo así como Lobo llorón.

martes, 29 de noviembre de 2011

Jorgito del arrabal

En pleno aniversario de la muerte de George Harrison pensé dedicarle un post a Ringo Star.
De jodido nomás. Para irritar a los campeones del homenaje fácil que hoy no pararon de loar al beatle más oscuro, en la mayoría de los casos sin haberlo escuchado nunca.

El Comité de Reivindicaciones de Volumen III cree que lo malo no es que el tipo sea recordado con tanta vehemencia sino que para ello se apele siempre a las mismas dos o tres canciones y anécdotas, cuando se trata de un personaje tan rico.
A George siempre lo persiguió la marginalidad.

La dupla dominante de los Beatles le cajoneaba las canciones ¡pero dejaba cantar al baterista!.. Y en el amor, como ya se dijo aquí, también fue barrido para el costado cuando su chica Patty Boyd prefirió los brazos de Eric Clapton. Una mojada de oreja tras otra.

Este espacio recuerda a Harrison como el trágico personaje que era: un enorme compositor relegado a planos secundarios por la comandancia de su banda; un amante fiel desplazado por su mejor amigo; y, encima, el único fulero del cuarteto.

No ligaba el pobre George, que no era el Beatle más oscuro por razones poéticas sino porque no lo respetaban ni los iluminadores.

A Harrison, el periférico, a diez años de su partida.



lunes, 28 de noviembre de 2011

Lunes, recuerdo y derrota

En 1987 yo tenía 11 años de edad y mucha curiosidad por lo que pasaba en los medios de comunicación. Hijo de una familia poco aficionada a la música, el despunte del vicio fue una pendiente enjabonada y cuesta arriba para mí, aunque no me desalenté ni mucho menos. En casa sólo había un tocadiscos Ranser con tres décadas de vida y una pila de discos viejos entre los que había muy poco material rescatable para un pequeño sujeto que se adentraba en la tormentosa adolescencia con mucho hambre de música. Había que encontrar alternativas.  

Comencé visitando a los amigos del barrio pero raramente tenían buenos discos o cassettes. Para colmo no faltaban oportunidades en las que uno se topaba con la niñez tardía de alguno y se terminaba comiendo una tarde entera de musicuentos u otras atrocidades.

Entonces me hice habitué de Kiku, la única disquería del barrio, propiedad de un ex tintorero de origen japonés. Pero Kiku elegía discos con el mismo carisma con el que sacaba manchas de los pantalones y no tardé en regresar a las pobres fuentes de mi hogar.

La única vía que me quedaba disponible era la vieja radio AM que había en la cocina, una antiguedad que sintonizaba tres o cuatro estaciones, entre ellas Radio Buenos Aires.

Allí, de lunes a viernes a la siesta, un tal Daniel Dátola tenía un programa llamado La Catedral del Ritmo en el que se podía escuchar una notable cantidad de despropósitos y cada tanto alguna tonadita de moda. Como esta que comparto hoy, en este caluroso lunes de derrota con alta probabilidad de chaparrones.

Relajaos y gozad.

jueves, 24 de noviembre de 2011

El pebete de la semana

Veinte años se cumplen hoy de tu muerte física, querido Freddy.
Enorme hijo de una gran puta, hoy y siempre el mundo entero te extraña.
Desde el infinito no parás de enseñar tu arte a cada minuto y algunos hasta aprenden algo de vez en cuando. Espero que Gardel y Bon Scott te inviten una cerveza para festejar un nuevo aniversario de tu llegada y que aprovechen para sacarle el cuero a Palito Ortega.
Si pinta Sandro, háganse los boludos y no lo dejen pasar.

Y si ven a uno mirando desde el otro lado de la reja no se preocupen, debe ser Cerati que todavía no tiene el pasaporte firmado.


¿Estará la negra Sosa preparando unas empanadas tucumanas para tu cumple celestial?
¿Estará Pappo amasando unos buenos ñoquis con tuco? ¿Irá Rivero con la viola para hacer unos tanguitos? ¿Brian Jones estará afinando el citar para acompañar alguna tonada?
¿Lennon y Harrison le harán alguna broma pesada? ¿Bonzo le caerá con los tachos para hacer ruido?

Qué envidia después de todo...



miércoles, 16 de noviembre de 2011

Una piedra fundamental

Estos muchachos ingleses venían de pegarse algunos palos de frente contra el muro de la fama, que del lado de adentro está finamente untado con crema de diamantes pero en el exterior es revoque grueso de alambre de púas y lija con piedra pómez. Algo así ponele. Entonces se juntaron en un copetín de Londres, pidieron salchichas cortadas en cachitos de 1,5 cm como máximo, mostaza, una birra con manises y tomando papel y lápiz lanzáronse a la construcción de un nuevo proyecto que revolucionaría el arte de la música. Al menos a esa conclusión arribaron tras el segundo cajón de Palermo.

De aquella reunión crucial para la historia de la cultura de masas surgió la agrupación Procol Harum que estuvo bien lejos de revolucionar nada pero que consiguió no obstante el respeto de muchos de sus colegas. Hoy son considerados una piedra fundamental del rock progresivo que se abriría paso en la década del 70, diez años después de la fundación de la banda. La canción se llama "A whiter shade of pale" y tuvo la desgracia de haber sido traducido por los cráneos de las compañías discográficas de habla hispana como "Un tono más blanco que pálido" o el aún peor "Con su blanca palidez".

Sabias palabras las del poeta que al pasar por la casa de Bartolomé Mitre, traductor del Dante, rezó:
 
"En esta casa parduzca
vivió el traductor del Dante.
Pasa pronto, caminante,
no sea que te traduzca."

En fin, gracias a Alá, esos toscos burócratas no tienen poder para traducir las melodías. La de este tema es una de las mayores joyas de la pragmática musical.

jueves, 10 de noviembre de 2011

Jueves de declaración

Ella era una Bay Biscuit.
Es decir, no era una galletita (aunque siempre se la vio muy apetitosa) sino que integraba una agrupación femenina de los 80 con nombre de galletita; aquél grupo de chicas que, entre otras cosas, puso el coro en el tema Superlógico, de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota.
Una percanta mal de casa bien, prima de Patricia Bullrich y otros oscuros personajes de la burguesía local, cosa que no le quita mérito sino todo lo contrario.
Él era un moncho rosarigasino de pura cepa, flaco y desgarbado, miope y todo talentoso.
Se conocieron, se enamoraron y se reventaron hasta que se dejaron.
Hoy son amigos y eso no dice mucho. Pero en los momentos inmediatamente posteriores a la ruptura supieron parir esta bella melodía que suena un poco patética, como todo balance póstumo.

Se llama Fue amor.


Crazy Papusa

Los niños de mi generación la recordamos proponiendo locuras en su programa de televisión.
Los de hoy pueden verla haciendo música, extraña música, interesantísima música.
Cumpliendo con la tarea que fuere, ella es todo un encanto. Un encanto algo perturbador, por cierto, pero definitivamente un encanto original y desfachatado.
Es Juana Molina y la canción se llama Sálvese quien pueda.

Comparto. Difundo. Y saludo.




Y un bonus de lujo, lujo, lujo:

Manos que hablan

No avivo a nadie si digo que don Edmundo Leonel Rivero fue uno de los mayores referentes de la canción porteña (para mí el tercero detrás de Gardel y Charlo). 
En cambio confío en despertar un grandísimo asombro con la difusión de este clip en el que comparte escena con la siempre entrañable Coca Sarli en la película La diosa impura. 
El tango se llama Sin palabras, es de Enrique Santos Discépolo y Mariano Mores, y el conjunto de guitarras que acompaña a Rivero es el del gran maestro Roberto Grela.

Ojalá les guste.

El quía de la semana

Tom Waits canta Te quiero a vos. Punto.

Ukelele Fénix

Una más del querido Eduardo Vedder y su inseparable compañera, la violita esa.
Fue grabada en Hawai en 2006 y se llama You're true.
Al final porta un feliz cumpleaños que no tiene mucho que ver con la canción pero está ahí, en fin.
De bonus una en español que en realidad tampoco tiene mucho que ver pero me pintó escucharla y compartirla en este jueves de frondoso fluir inconciente.

Buen día estimados amigos.




viernes, 28 de octubre de 2011

Papusa para todos

Ella vino para sembrar misterio con su mirada y delicia con su voz.
Su gesto bravo era como una parada pendenciera frente a un mundo mal hecho al que sin embargo maravillizaba con cantares de niñita buena.
Tanta dulzura resultó intolerable para Azrael, el ángel de la muerte, que la vino a buscar demasiado temprano, una cruda tarde del invierno de 2003.
Antes de ser arrebatada nos dejó esta interpretación que es como una burla desfachatada a su propio destino triste.
Es María Gabriela Epúmer y el tema se llama Canción para los días de la vida, originalmente de Luis Alberto Spinetta.
Grato viernes de papusa para todos.




miércoles, 26 de octubre de 2011

Declaración histórica

Esta es una de las mayores canciones de abandonados de la historia y hay detrás de ella un exquisito cuento que solía referir un fanático de la banda que la grabó en la pubertad de los 90.
Según aquel sujeto (un ex compañero de trabajo), la musa fue una joven y rubia modelo de gran fama por aquél entonces.
Parece que ella se valía de sus finos encantos para juntar amores indiscriminadamente y también se presume, a juzgar por la franqueza del poeta, que su mayor encanto residía en la deliciosa forma de sus piernas. Quizás también en el tacto pero es un dato que no tengo.
El autor de la canción, un destacado miembro de la cultura rocker local, se disputaba a la rubia con un presentable joven de la burguesía que finalmente -y previsiblemente- se la quedó.
El rockero siguió adelante pese al abandono y hoy anda por la vida llenando estadios.
Ella se casó con el burgués y goza de un presente lleno de satisfacciones, al menos económicas.
El marido, en tanto, es actualmente gobernador de la provincia de Buenos Aires. 
En fin, será sólo un cuento, pero no se puede negar que es de lo más exquisito. 
No es la versión original sino una toma de ensayo. La canción se titula Tarea Fina, el abandonado se hace llamar Indio Solari, y a los otros dos se los dejo a ustedes.
Feliz miércoles de abandono.



martes, 25 de octubre de 2011

Un par de reinas

Unas lindas canciones. Algo tristes.
Pero así es como finaliza un martes supongo yo. O así es como finaliza mi martes personal.
En la superficie no se parecen pero en el fondo tienen el mismo barro.






sábado, 22 de octubre de 2011

La declaración de la semana

Cae sobre las mujeres relacionadas afectivamente con músicos el estigma de ser poco comprensivas con la actividad artística de sus respectivos pololos.
Dícese de ellas que atosigan a sus enamorados con egoísmos de toda estirpe.
Júzgaselas carentes de todo sentido de la oportunidad.
Condénaselas esgrimiendo acusaciones tan variadas como polémicas.
El mundo es muy cruel con las minas de los rockeros.
En ese sentido no son pocas las que portan la camiseta de la hinchapelotas número uno.
Y entre ellas abundan las que son tachadas con la cruel pero aparentemente inevitable comparación con la muy célebre Yoko Ono.
Esta canción las reinvindica. Esta canción las comprende.
Esta canción dice cuánto las amamos pese a que nuestras guitarras nos separen de ellas.

Esta canción es de Kiss y se llama Beth.

Palo de sábado

Palo Pandolfo en la primavera democrática de los 80 con su banda Don Cornelio y la zona haciendo Ella Vendrá, tal vez el único hit de aquella agrupación que hoy se debate en los oscuros pasillos del olvido.

jueves, 20 de octubre de 2011

De inconcientes y otros tantos

Calamaro el bueno, Andrés, el Salmón, hace muchos años en un programa de televisión que posiblemente haya sido Badía y Cía.

Muy joven Calamaro el bueno, Andrés, el Salmón, cantando No me pidas que no sea un inconciente.

El tsunami después del terremoto

Si vieron el video de James Brown y piensan que salir al escenario después de eso es tarea de titanes o en su defecto de locos de atar, en principio estoy con ustedes: lo de ese muchacho fue algo completamente demoledor. Pero no lo fue todo. Por aquella época un alegre grupo de cinco muchachos londinenses hacía su segundo intento por entrar al mercado yanqui bajo el imperativo excluyente de no fallar bajo ningún concepto. El destino, como queriendo jugarles una broma de mal gusto, les puso a James Brown como número anterior, el mismo día, en el mismo programa. Cualquier banda hubiese acusado el golpe, enfundado la mandolina y pegado la vuelta a nado limpio por las frías aguas del Atlántico. Pero, señores, ellos eran los Rolling Stones y no tuvieron ningún reparo en tomar el toro por la cornamenta y hacerlo bife. Aquí está el registro. Viva el Rock & Roll.


Cover raramente en lunes

Las playas de California, en el sudoeste del imperio troglodita y facho-ultrareligioso de los Estados Unidos, fueron desde tiempos remotos escenario de grandes epopeyas musicales. 
Se cuentan por miles las agrupaciones que desde allí se propulsaron hacia la estratósfera de la fama indiscutida y las ensaladas de groupies. 
Entre ellas están por ejemplo Los Beach Boys, Los Red Hot Chili Peppers y... Bueno, creo que no hubo ninguna más. 
Hoy volvía de Merlo y en el tren una chica pasó por mi lado con una remera que tenía la frase I get around, nombre de esta pieza que es un claro valuarte del rock playero californiano de los 60.
Metanlé nomás y no repriman el movimiento de caderas, que se presta el día.    







Negra es mi alma, negro mi corazón

El T.A.M.I. Show fue un famoso programa de la televisión estadounidense de los años 60.

Salvo los Beatles, por allí pasaron los mayores junigransiete de la música pop-rock de la época, como por ejemplo este incomensurable personaje llamado James Brown.

No es una canción sino dos. Quizás en el fragor del día les parecerá demasiado detenerse 11 minutos y pico para ver un video, lo cual es comprensible. Pero déjenme decirles que valdrá la pena cada segundo invertido en el disfrute de lo que viene. Sé que, como yo, se sentirán frente a una joya de la cultura contemporánea.

La dramatización en el primer tema (Please, please, please) y el baile en el segundo (Night Train) son algo sencillamente humillante.





Los pibes de la semana

Tangazo pero en flamenco. Qué ganas de llorar en esta tarde gris...




Papusa de caramelo


Tal vez sea la letra, porque es belleza simple y cotidiana, una sucesión de palabras austeras pero de una efectividad rotunda. 
Quizás sea la música, porque es tan sencilla como la poesía, un fluir de soniditos tenues, una presencia respetuosa, una expectativa llena de modestia.  
A lo mejor es el mensaje, porque parece una confesión en la penumbra del cuarto o un pensamiento de novia que te mira sin decir nada.
Aunque también puede ser la voz, que se hamaca entre el gemido de ternura y el grito de dominación. 
Esa voz incorrecta, atorranta. Esa voz que viene nada menos que de esa boca, de esos ojos, de esas manos. De ese cuerpo.
Es posible que sea por todo eso junto. Para mí es una de las mejores interpretaciones femeninas en español. 
Ustedes dirán. 

Buenas noches y feliz día de papusas.


Los ukeleles no se rinden

Hubo entre mediados de los 70 y principios de los 90 en Inglaterra una gran orquesta de rock llamada Talking Head, algo así como las cabezas parlanchinas. Pese a que el nombre sugería cierta jocosidad la banda era cosa seria. Prueba de ello es este famoso corte llamado Psicho Killer que espero disfruten a pata ancha. Es martes de cover por lo tanto se amerita la presencia de algún copión disfrazado de homenajeante. Para asumir ese rol llega la inefable Orquesta de Ukeleles de Gran Bretaña, un grupo de pandilleros sin escrúpulos dispuestos a vivir de arriba tocando canciones ajenas con una guitarrita de esas que caen de las piñatas. Eso sí, de smoking.

Pasadla bien, que salió el sol.
Feliz martes, estimados co-equipers.








Cuatro obviedades sobre la lluvia


Antonio Birabent, hijo de Mauricio "Moris" Birabent, alardeaba allá por mediados de los 90 de la nula inspiración que le provocaba la precipitación de aguas desde el tierno firmamento. A contramano del bueno de Antonio, muchos otros artistas en el mundo se vieron conmovidos por el mencionado fenómeno meteorológico, pariendo bellas piezas musicales que supieron ofrendar a la posteridad. A riesgo de caer en los lugares comunes más indignantes, esta respetuosa selección se propone honrar a la dulce lluvia de este viernes. Sé que en el fondo humilde de vuestros corazones acompañarán mi propuesta con entusiasmo y algo de melancolía. Es posible también que mientras suenen las canciones se aproximen a sus ventanas para ver el torrente deslizándose del otro lado del vidrio.  

Feliz viernes de lluvia, oh, queridos compañeros. 

Martín








Si siempre estoy llegando...

Hoy domingo ensayo con mi banda. En Merlo, oeste del conurbano. Una vez más, como cada fin de semana, regreso para hacer ruido con mis amigos. Y como pasa cada vez que voy en el tren, en algún momento del viaje recordaré esta preciosa obra llamada Nocturno a mi barrio, del gran Aníbal Troilo. La comparto con ustedes con la esperanza de que esta tarde, como dice el poema, jueguen a mi lado, para estar más cerca de mi corazón.

Feliz domingo de cover. 





Che, papusa

No importa que muchos lo hayan creído: la madrina del punk no es Violencia Rivas. Sí lo es en cambio esta papusa nacida en el partido estadounidense de Chicago el 30 de diciembre de 1946. Como buena capricorniana, ella también es pasional y cabrona, características que supo volcar en sus múltiples y destacadas interpretaciones. Es muy probable que el tándem Saborido-Capusotto se haya inspirado en esta canción para crear al personaje mencionado en la primera oración de este texto. Apreciarán ustedes el modo en que nuestra papusa de hoy va levantando temperatura con el correr de la canción y recordarán a la querida Violencia con total seguridad. La niña se llama Patti Smith y la canción, un clásico del rock, se llama Gloria. Disfrutadla.



¿En qué punto se cruzan los Stones y la polca paraguaya?

En un viaje de pepa, naturalmente. Esta canción se llama On with the show y fue editada en el 67 como parte del disco Sus majestades satánicas. Un flash total. Feliz lunes de rarezas.

La declaración de la semana


La gran puta, piensa uno y se atormenta. Pero el amor es una parte crucial de la vida humana y está ahí quiera uno o no. Y, vieron cómo es, por ahí viene como uno no quiere pero viene como es y bueno, carajo, qué se le va a hacer, viene. Esta es la historia de dos hermanos de la vida que lamentablemente sucumbieron a los encantos de la misma mina. Ingleses ellos ambos, fríos como la madre que los parió. Imagínensé el poder que tendría la guacha esa para ponerlos así a los dos. Y lo tenía. Colorada, ojos azules, una boca así de gordita y unos dientes rarísimos, exquisitamente sugestivos. Ellos, además de ingleses, tremendamente talentosos. ¿Qué iban a hacer? Escribirle canciones, qué otra cosa sino. El oficial, con libreta y todo, era George Harrison, un Beatle y punto. El segundo, Eric Clapton, que no era un Beatle pero se hacía llamar Dios, calculen. Y la colorada en el medio sarandeándolos para todos lados como si fueran muñecos de plastilina. El primero se casó con ella pero el segundo la amó siempre en silencio, hasta que un día, mientras el primero dormía la mona, se la terminó quedando.

En fin, tal vez, como decía mi amigo Pablo, ninguna mina se merezca semejante canción como la primera. Yo, que no soy tan extremista, apuesto porque sí y aunque la primera canción me parece imbatible, le pongo unas fichas a la segunda. 
Por el amor de Alá escuchen los solos de guitarra de Clapton en esta canción y sientan cómo se puede llorar de amor con una guitarra eléctrica. 

Buen jueves.


                                          

Papusa los miércoles

Ella es un ejemplo de papusa todoterreno. Quizás la mayor prueba de esto sea el hecho de que acaba de cumplir sus primeros 100 años de vida y que sigue cantando todavía para bien de las almas sensibles. A lo largo de su extensísima carrera se codeó con los más grandes del tango y la canción criolla y fue, según cuenta la leyenda, la musa del poeta Homero Manzi para su tango Malena. Además es una mujer muy comprometida políticamente lo que la llevó en los años 40 a adherir sin condiciones al gobierno de Perón. Por esa causa, tras la caída del líder, sufrío también persecuciones y censura durante mucho tiempo. Se llama Nelly Omar y esta canción, que deja en claro con qué determinación asumió su rol de militante de la cultura, se titula La descamisada. Ojalá puedan apreciarla al margen de todo preconcepto. Saludos.


El cover del martes


Mitad eufórico, mitad pataleando, en la pubertad de los 60, el mundo asistió a la aparición contundente de cuatro pebetes de las barriadas de Liverpool que a fuerza de talento, carisma y efectivo chingui-chingui le dijeron acá estamos y ahora te quiero ver.  
El desparramo que armaron, como todos sabemos, fue demoledor.  Sus canciones ejercieron tal influencia que al día de hoy son responsables de millones de persuadidos a nivel mundial y algún que otro embarazo no deseado.  
Entre los convencidos se cuentan por ejemplo los Byrds, unos pibes yanquis de California que, tras escuchar el temprano single Love me do, largaron el folk que venían haciendo, se treparon al submarino amarillo y a otra cosa negra sosa.
En las tiernas pampas, unos cuantos metros más allá de California (y de Liverpool ni te digo), un brillante adolescente de apellido cualunque, en actitud similar a la adoptada por los Byrds, mordía también el anzuelo, cajoneaba las partituras de música clásica y se dejaba convencer por esos cuatro atorrantes de flequillo y trajecito, dando inicio a una de las historias más potentes del rock nacional.
Curioso es que el segundo haya querido grabar un tema de los primeros. O tal vez se trate de una especie de guiño entre hijos del mismo padre. Hermanos que les dicen.    
En homenaje a los Byrds (y no a los Beatles que de tan buenos ya me tienen podrido) llega este cover de la mano de nuestro querido neo-pipón Carlos Alberto García Moreno. Es obligatorio disfrutarlo. Adiós. 



Los lunes rarezas

Eddie Vedder es el cantante de Pearl Jam, eso lo sabe cualquiera. Y es un artista crítico y consecuente, cosa que saben algunos. Lo que pocos saben es que toca el ukelele y que tuvo agallas para grabar un disco entero con canciones en las que se acompaña a sí mismo con ese instrumento. Esta es una pieza encantadora de ese material, una canción que seguramente animará a más de uno a buscar la placa en internet y proceder al correspondiente choreo. Se llama Without you y dice así: